El mercado de créditos de carbono es una de las principales herramientas utilizadas para combatir el cambio climático y promover la sostenibilidad. En esta modalidad, las empresas y los gobiernos que emiten gases de efecto invernadero (GEI) pueden compensar sus emisiones mediante la compra de créditos de carbono de proyectos que promueven la reducción o eliminación de estos gases de la atmósfera.
El funcionamiento del mercado de créditos de carbono se basa en un sistema de intercambio de créditos que son emitidos por proyectos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, como parques eólicos, solares, hidroeléctricas, reforestación, entre otros. Estos créditos se negocian en bolsas de valores y pueden ser adquiridos por empresas que desean compensar sus propias emisiones de gases de efecto invernadero.
Los créditos de carbono son emitidos por proyectos que son certificados por entidades reguladoras, como el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de la ONU, y que demuestran la reducción o eliminación de los gases de efecto invernadero de la atmósfera. Cada crédito equivale a una tonelada de dióxido de carbono (CO2) equivalente que no se emitió a la atmósfera.
Los precios de los créditos de carbono pueden variar según la oferta y la demanda, y son influenciados por factores como la regulación gubernamental, el desempeño de la economía y las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo general, cuanto más estrictas sean las metas de reducción de emisiones, mayor será el precio de los créditos de carbono.
El mercado de créditos de carbono ha crecido significativamente en los últimos años, con la adhesión de más países y empresas al sistema. Algunas empresas ya incluyen la compra de créditos de carbono en sus estrategias comerciales como una forma de mitigar su impacto ambiental y demostrar su compromiso con la sostenibilidad.
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